domingo, 23 de mayo de 2010

Fallece el naturalista aragonés Adolfo Aragüés, fundador de la Asociación Ansar

El naturalista aragonés Adolfo Aragüés, nacido en Zaragoza el 4 de febrero de 1933 y fundador de la Asociación Ansar, falleció ayer, 22 de mayo, fecha en la que se celebraba precisamente el Día Mundial de la Biodiversidad.

Doctor en Veterinaria, Adolfo Aragüés fue responsable de medio ambiente del Colegio Oficial de Veterinarios e impulsó junto a varios miembros de la Universidad de Zaragoza la Sociedad Aragonesa de Ciencias de la Naturaleza en 1986. Además, fue un conocido ornitólogo que presidió la Sociedad Española de Ornitología de 1984 a 1988 y de la que es miembro desde 1957.
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http://www.heraldo.es/noticias/aragon/fallece_naturtalista_aragones_adolfo_aragues_fundador_asociacion_ansar.html

viernes, 14 de mayo de 2010

Crónica: “Curso de Ornitología Práctica de Gallocanta y las Tierras del Jiloca”



El fin de semana del 16, 17 y 18 de Abril y el del 30 de Abril, 1 y 2 de Mayo hemos tenido la suerte de poder disfrutar de unas enriquecedoras y agradables jornadas ornitológicas dentro del “Curso de Ornitología Practica de Gallocanta y las Tierras del Jiloca” organizado por ADRI JILOCA-GALLOCANTA y Universidad de Verano de Teruel en colaboración con otras entidades.


El curso constaba de un contenido teórico y otro práctico. En la parte teórica participaron como conferenciantes expertos y ornitólogos de la talla de:

Chabier de Jaime, introduciendo a los alumnos de lleno en la Comarca del Jiloca, ahondando en el conocimiento de la situación geográfica de la zona, los distintos hábitats, sus correspondientes especies…Fue desplegándonos los secretos del escenario que en estos días íbamos a visitar.

Por otro lado, Francisco Purroy, habló de los Métodos de Censo de Aves, siendo su intervención muy práctica ya que nos acercó las distintas técnicas que existen, abriéndonos una ventana de posibilidades a todos aquellos que queramos participar a través de los distintos programas que existen, véase Noctua o SACRE.

Por último Alejandro Onrubia nos dio ideas para abordar un estudio ornitológico además de una magistral clase acerca de la Migración de las aves desde un punto de vista distinto, entendiendo el complejo reto que les supone y la multitud de factores que intervienen, hasta tal punto que alguno se creyó pajarillo traspasando la dura barrera del mediterráneo o el árido desierto sahariano.

En la parte práctica contamos con los mejores conocedores de la zona, José Miguel Pueyo, Antonio Torrijo y Chabier de Jaime como guías, que trabajaron duro para que todo saliera bien. Además de  los conocimientos de expertos como David Bowyer y Kees Wourtersen.

La primera salida a campo la realizamos por la noche en busca de anfibios en las charcas de los Pinares de Tornos. Pudimos ver al sapo corredor en pleno apogeo reproductivo, identificando sus cordones de huevas, también rana común, e incluso oír el Krak-krak-krak de la ranita de San Antonio. En una charca próxima pudimos observar tres individuos de sapo de espuelas, las paredes arenosas y con pendiente de esta charca son propicias para este anfibio que usa los apéndices córneos de sus patas para cavar su escondite, que luego rompe con su dura cabeza.

El 17 de Abril pudimos visitar en una lluviosa mañana, la Laguna de Gallocanta y alrededores, pudiendo ver numerosas aves a pesar del día, como aguiluchos cenizos, laguneros, milano negro, anade rabudo, cuchara, cerceta carretona, cigüeñuela, avoceta, avefría, chorlitejo chico, correlimos, gaviota reidora, avutarda, sisón, calandria, numerosos trigueros, alcaudón común, collalba gris y un corzo en sus proximidades.

Al medio día fuimos a comer a Used y pudimos enriquecernos también de la cultura del pueblo visitando su histórica nevera.

Por la tarde pudimos dar una vuelta por la Laguna de La Zaida y Guialguerrero pudiendo observar zampullín, somormujo, retrasadas grullas, tarro blanco, algún alcaraván en las inmediaciones, lavanderas boyeras, jilgueros....

El domingo nos fuimos a las Hoces del Piedra, con mejor tiempo y un caudal de río que no se recordaba en años; pudimos disfrutar de un bello día “ornitológico”. Nos dividimos en grupos, unos accedieron desde el valle y otros fuimos por la parte superior del mismo.


                                                             




 Al poco de bajar del coche ya fuimos “recibidos” por una Águila Calzada que nos siguió, o más bien nos “guío” hasta las cárcavas horadadas en las paredes de roca que dan cobijo a los buitres en la difícil tarea de sacar adelante su único polluelo, más aún si cabe en estos “duros” momentos por los que están pasando.

En frente de la vertical pared observamos los nidos de buitre, acompañados por los acrobáticos vuelos de las chovas piquirrojas y sus sonoros y retumbantes “quiarrss” ayudados por la acústica del lugar. Seguidamente fue una pareja de Alimoches la que nos deleito con su majestuoso vuelo de arriba abajo con ese bonito color amarillo que tiene el buitre Sabio cuando es irradiado por el Sol. También pudimos ver grajillas, cornejas, buitres, vencejo real, avión roquero y común.





Fuimos bordeando los riscos viendo antiguos abejares y parideras hechas al borde del roquedo, y de repente una pareja de Águila Real nos sorprendió, apenas nos vieron y se perdieron en el alto cielo.

Tras la “despedida” de un águila culebrera que se dejó ver muy bien antes de montar en las furgonetas, nos dirigimos a Aldehuela de Liestos para comer en su pabellón y culminar el fin de semana.





El fin de semana del 30 de Abril y 1 y 2 Mayo nos volvimos a reunir, está vez tocaba el Valle del Pancrudo y las Parameras de Blancas, zonas dignas de conocer.

La parte práctica comenzó el Viernes noche, donde Luis Tirado y Cía. pusieron en práctica la metodología del programa Noctua para la identificación de aves en la noche. Hicimos tres estaciones de escucha con un esfuerzo de 10 minutos. En la Ermita del Buen Acuerdo pudimos escuchar un autillo, fochas, cigüeñuelas, etc. En el Carrascal de Berrueco oímos ruiseñores, Ranita de San Antonio... En los Huertos de Gallocanta, búho chico, autillo, ruiseñor...

La mañana del Sábado visitamos los Marojales de la Sierra la Pelarda, donde fuimos haciendo y entrenando oído para la identificación de aves, difícil “empresa” ésta , ya que es algo complicado y que no deja de ser responsabilidad del sujeto entrenar su oído y asociar el canto al pajarillo en cuestión. En este marojal pudimos identificar por visión, y algunos por su canto, a carboneros, ruiseñores, bisbita arbórea, pinzón, petirrojo, pardillo, totovía, mirlo, cuco, curruca mirlona, mosquitero y halcón peregrino. También vimos los mágicos corros de senderuelas de tipo media luna, flores como las Prímulas, endrinos en flor, brezos...




La segunda parte de la mañana la dedicamos al Sabinar de Olalla allí pudimos ver herrerillos, verdecillos, pinzón vulgar, escribano soteño, zorzal charlo y común, un halcón abejero solitario, abubilla, paloma torcaz, cuervo, tórtola común...Además varias lagartijas colilargas con su carenado dorso.




Tras comer en la Barbacana de Barrachina, proseguimos la marcha por la ribera del río Pancrudo siguiendo la estela que marcan los chopos cabeceros a nivel del Molino de Cutanda, pudimos ver Tarabilla común, escribano montesino, herrerillos, papamoscas cerrojillo, etc.

Seguidamente cruzamos a la otra orilla y coronamos un pequeño pero escarpado roquedo; nada más subir nos sorprende un individuo de águila real a tan solo unos 20 metros que pudimos disfrutarlo a simple vista hasta que se escondió tras la línea rocosa. Después, tras andar un poco por debajo de la repisa que formaban las rocas y ver un águila culebrera cerniéndose por encima de nosotros y algunos buitres, vemos de repente una pareja águila real todavía más cerca, saliendo y bordeando la repisa, fue un encuentro memorable donde pudimos ver su tostado píleo y color pardo característico a tan solo unos metros, algo difícil de olvidar.

El domingo, último día del curso nos acercamos a las Parameras de Blancas, zona esteparia, donde se pueden ver singularidades propias de estas zonas no tan aparentes como otros hábitats pero con singular biodiversidad.





En un escenario con aliagas, toyagos, tomillares y gamones como decorado iniciamos nuestro recorrido en sentido de las agujas del reloj dibujando un círculo sobre el páramo. Los primeros pajarillos en percatarse de nuestra presencia fueron las alondras comunes que revolotean sobre nosotros con sus alegres cantos y sus primas más rechonchas las calandrias.




Además a lo largo de nuestro recorrido observamos parejas de collalba rubia con y sin babero, oímos y vemos lo que en la zona llaman “turras” por su reclamo, es decir ganga ortega, un macho de halcón abejero solitario, oímos una cogujada montesina, una totovía, abubilla... Hacemos varios altos en el camino para observar otros pajarillos no vistos hasta ahora como un fugaz esmerejón, collalba gris, varios individuos de chova piquirroja, también vemos un antiguo paravientos de piedras en mitad del páramo, refugio de algún antiguo pastor de la zona, hasta llegar a una paridera donde descansamos un rato.




Se hace ya medio día cuando de vuelta a las furgonetas un rápido pero potente sonido acalla nuestras conversaciones, un “rocínn, rocínn” se oye a escasos metros de nosotros, era la esquiva alondra de ricotí o de dupont, que en un abrir y cerrar de ojos estaba ya a un centenar de metros.

Por último finalizaríamos el curso con una comida en Monreal y la clausura en el Ayuntamiento de Tornos.

Como conclusión, podemos decir que este curso ha resultado enriquecedor tanto en conocimientos como en sentimientos, ya que había alumnos de variados sitios de la comunidad autónoma, tanto de Zaragoza como de Teruel, pero sobre todo gente de la zona y todos nos hemos marchado con ese sentimiento de identidad regional que tanto nos hace falta en zonas tan ricas en especies animales y vegetales, y en valores culturales pero tan pobres en otras, como la presencia de la especie mayoritaria en la faz de la tierra, el Homo sapiens que al parecer prefiere otro tipo de “habitats”, no sabemos si más aptos pero si con más recursos socio-económicos, como son las grandes ciudades que en sitios tan despoblados como Aragón están absorbiendo la gran masa de habitantes, convirtiéndose en la alternativa obligada para prosperar social y profesionalmente.

Desde luego, nos estamos enfrentando a un profundo cambio en la forma de habitar e interaccionar con el campo y el medio rural, en la que todos somos protagonistas tanto los habitantes del medio rural como los de las metrópolis que se acercan a él.

Y es que no sabemos si el desarrollo rural, las políticas europeas o alguien podrá salvar a dicho medio de este síndrome llamado despoblación. El caso es que el tiempo dirá si la especie Homo sapiens es tan plástica como otras especies animales, dígase las aves, para adaptarse a los distintos cambios e impedimentos que en su camino se van encontrando, ¿quizás la migración, al fin y al cabo, sea una solución?

Es tiempo para la reflexión.



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Desde aquí felicitar a ADRI Jiloca-Gallocanta y en especial a Clara Cortés por la iniciativa y el esfuerzo llevado a cabo. Enhorabuena y esperamos que se repita.



Arturo Bobed